El devenir histórico de Nava del Rey está relacionado directamente con la elaboración del vino. Su comercialización se inició durante el siglo XVI en los mercados más selectos, recibiendo un singular proteccionismo en el año 1601 con el asentamiento de la Corte en Valladolid.
Por entonces, los “Vinos de la Nava” presentaban la particularidad de poder envejecerse y permanecer en bota entre 4 y 6 años, gracias al clarificado con arcilla blanca extraída de las canteras de La Cuadrada. A mediados del siglo XVIII sus cerca de 30 arrieros exportaban el vino añejo o “rancio”, como es popularmente conocido, hasta Asturias y Cantabria, trayendo a su vez hierro y géneros coloniales que se redistribuían hacia el sur de Castilla la Vieja. Desde 1980, los históricos caldos, hoy blancos y más afrutados elaborardos en Nava del Rey se acogen a la Denominación de Origen Rueda.
Otra de las riquezas gastronómicas de Nava del Rey son sus exquisitos dulces, que sabiamente son amasados en diferentes obradores familiares: Agustín Celemín, Santos Celemín, Pilar Morales o la confitería Villaseco mantienen la tradición de endulzar el quehacer diario de vecinos y visitantes: bollos de canela, empanadas, doblados, pelusas, morenitos, nevaditos, pastas selectas… y un largo etcétera de productos que merece la pena saborear.
Los productos tradicionales son habituales en toda buena fiesta, religiosa o profana. Más allá de dulces y vino, cabe señalar la tradicional degustación de castañas asadas o cocidas que tiene lugar en La Bajada y Subida de
Ntra. Sra. de la Concepción, en cuyas fechas –noviembre/diciembre- se celebran jornadas gastronómicas de exaltación de la castaña y combinados elaborados con base de vino rancio, popularmente conocidos como “espontáneos”.
BODEGAS Y DISTRIBUCCIÓN DE VINOS
Bodegas Urdil
C/ Manuel Salvador Carmona, 14
983 850 347
Distribuciones Lasaosa C.B.
Ctra. Tordesillas, s/n
983 8500 795
DESPACHOS Y FÁBRICAS DE DULCES
Santos Celemín
González Pisador, 38
983850152