Historia
El primer cementerio de la localidad se ubicó en la Parroquia de los Santos Juanes. Tras diversas vicisitudes, en 1825 se construye el Cementerio Viejo, primer espacio para enterramiento extramuros. De esta época son su cerca, portada y rejas, así como la pequeña capilla. Actualmente, perdida la función de cementerio, toda su extensión está plantada de olivos y en el interior de la capilla se venera al Cristo de Trabancos, un crucificado del siglo XV proveniente del despoblado de Trabancos.
En último cuarto del siglo XIX se construyó el Cementerio Civil, próximo a la actual carretera de Tordesillas, donde hasta la mitad del siglo XX recibieron sepultura librepensadores de la localidad.
En 1889, bajo la dirección técnica de Manuel Rojo se edificó el Cementerio Nuevo, en cuyo interior todavía se conservan las dependencias propias del capellán, sepulturero y una pequeña capilla en la que se conservan dos esculturas: Crucificado (finales del siglo XVI) y busto de Virgen Dolorosa (siglo XVIII).