Pregón de Fiestas pronunciado el 4 de septiembre de 2015 por Mariano Moro Juez, con motivo de las fiestas de 'Los Novillos, 2015'.
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LOS NOVILLOS, 2015. PREGÓN DE FIESTASPor Mariano Moro Juez (Coronel DEM).
Señor Alcalde, señoras y señores concejales, encantadoras y bellas reinas de estas fiestas, navarreses, visitantes, amigos todos, muy buenas noches.
Permitidme que mis primeras palabras sean de agradecimiento hacia todos vosotros, el pueblo de Nava del Rey, mi pueblo, representado en su corporación municipal y en particular, en su Alcalde D. Guzmán Gómez Alonso, por haberme permitido cumplir el mayor deseo de cualquiera de nosotros, ser pregonero en su tierra y en el pueblo de sus abuelos, padres y familia en general. Muchas gracias.
Con vuestra designación, habéis hecho que me sienta plenamente orgulloso, honrado y satisfecho de estar en esta emblemática plaza dispuesto a anunciar el comienzo de las fiestas de los Novillos – 2015 y estaré siempre en deuda por ello.
Desde la prudente emoción, satisfacción y alegría, que ahora mismo me invaden, y os aseguro que no se trata de cortesía, ni de palabras huecas y vacías, son palabras y emociones sinceras, sentidas, que brotan del corazón. Sentimientos hacia este pueblo y su gente.
Como podéis imaginaros, a lo largo de mi vida profesional me ha tocado hablar en público muchas veces, en diversos foros y por diversos motivos, pero puedo aseguraros que esta ocasión supera la emoción, los nervios y la responsabilidad de cualquier otra.
Este pregonero viene cargado de afecto y cariño a este pueblo, que es lo que recibe y ha recibido siempre de su gente. Afecto y cariño que no se aprenden en manuales ni en cursillos; se aprenden en la convivencia, en el calor de la familia, en las vivencias con los amigos y, principalmente, en vosotros y vosotras, los mayores y los jóvenes, que al unísono conseguís unos, ser el referente, la experiencia y el ejemplo a seguir y, otros, la ilusión, la renovación y la fuerza para facilitar ese recorrido vital que permita el progreso de nuestro pueblo.
Mi estancia en Nava no ha sido todo lo prolongada y constante que hubiera deseado, aunque vengo de fuera, siempre me he considerado de dentro, aunque fuera se ha ido tejiendo mi vida, tiene muchas puntadas de dentro, como ha podido ocurrir a muchos de los que estáis aquí escuchando y que volvéis al pueblo impelidos, empujados por la añoranza, por el deseo de recordar tiempos pasados, de revivir situaciones, sensaciones o vivencias, que quedaron indeleblemente grabadas en vuestras, nuestras vidas. Volvemos porque en Nava del Rey nadie es, ni se siente extraño, siempre hay una peña, una asociación, un navarrés o una navarresa que te acoge con el cariño y con la hospitalidad que siempre nos ha caracterizado.
La primera pregunta que a mí y a muchos nos hacían de pequeño era ¿Y tú de quién eres?, pues yo soy hijo de Teodoro y de Isabel la curra, de la familia de las lonchas, hermano de Ángel Luis, nieto de Mariano Moro, por el lado paterno, y de Juliana Paniagua, por el lado materno, sobrino de Mariano Moro y de Máximo Hernández, mi madre era la pequeña de cuatro hermanas, Mercedes, Margarita y Ángeles y mi padre, era el segundo de cuatro hermanos, Angelines, Mariano y Mary, de muy jóvenes como ya han dicho tuvieron que dejar el pueblo y marchar a Madrid.
Permitidme que mi primer recuerdo sea para mis padres, Teodoro e Isabel, que como transmisores de vida y educadores, han hecho posible que hoy esté aquí compartiendo este rato ilusionante; mis padres, navarreses como cualquiera de vosotros, con un cariño muy especial a su pueblo, a su gente, a sus fiestas y a sus tradiciones, ellos me han transmitido, lo que ellos recibieron de los suyos, gran cantidad de valores: la honradez, la humildad, el servicio a los demás, el sentido de la vecindad, de la amistad, del compromiso, de la responsabilidad, de la solidaridad, de la sinceridad; esos valores que han ido forjando mi carácter, pero que debo reconocer que todos ellos están enraizados en la gente de nuestro pueblo.
De mi abuelo Mariano Moro, navarrés errante, unas veces por obligación, otras por devoción y otras por imposición, aprendí, grandes cosas, la tolerancia, tan demandada actualmente, la firmeza de sus ideas, la resiliencia ante las adversidades, el amor a la familia y, como no, el cariño a su pueblo.
De mi abuela Juliana, navarresa de negro, de las de antes, aprendí el valor del trabajo cotidiano y la lucha por salir adelante, el sacrificio por la familia y la preocupación por los suyos.
Con estos ejemplos citados de hombres y mujeres de Nava del Rey, de características idénticas a todos vosotros, sólo puedo afirmar, transformando unas palabras que dedique a mis padres en sus bodas de oro, se acuerda pater, “Dicen que los padres son personas corrientes que realizan cosas extraordinarias”, yo diría, “Dicen que los navarreses son personas extraordinarias que convierten en corriente lo extraordinario.”
Con todo esto, solo puedo decir que me considero un auténtico navarrés porque mis padres y mis abuelos me lo enseñaron, porque aquí pase mis veranos correteando por las calles y las plazas, acompañando al verdadero pregonero, el pregonero de profesión, Julio el Gallo, aprendiendo las labores del campo con mi tío Máximo, que consiguió hacerme divertidas las duras faenas de aquellos tiempos, con mi tío Mariano, recorriendo calle a calle, casa a casa, atado a la burra que tiraba del carro cargado de pan, no sé qué sería peor si caerme o quedarme atado debajo de la burra.
Porque aquí me enamore y aquí me case, en la tan querida ermita de la Concepción, que desde la elevación del Pico Zarzero nos preside; aquí bautice a mi hijo Javi, en la Iglesia de los Santos Juanes, orgullo de todo nosotros y buque insignia de este pueblo, aquí descansan en paz mis abuelos y mis padres, aquí me divertí en la alegría y excesos de las peñas, los Yanquis, la Sinagoga Don Paco, qué tiempos aquellos, aquí empecé a correr los encierros y admirar y respetar al toro, protagonista permanente de nuestras fiestas, desde aquella plaza ubicada en el Castillo hasta la actual, pasando por la tan querida plaza de palos, por mi edad, no recuerdo la plaza de toros ubicada en este lugar.
Soy navarrés, por que admiro la devoción y la participación popular en la fiesta de la Virgen de los Pegotes, sus vivas, las antorchas y las castañas; porque me gustan las meriendas, las sobras, el doblao, el tío maragato y el cocido de la fiesta de la Siega, porque me siento orgulloso de mi Semana Santa, sus cofradías y sus pasos, porque todos los años pierdo a las caras, porque me gustan las pelusas de Manola o de Pili, los nevaditos y negritos de Villaseco y el rancio de quien sea, me gustan las bodegas, los sobraos, los corrales, las eras y tirar a la gente al pilón o que paguen la cuartilla.
Soy navarrés porque me gusta la Función y el domingo del Señor, las Águedas y la procesión de San Isidro, y el vino de los Jubilados, me gusta el campo, la poda en verde, la rebusca, cambiar los pajarillos y hablar de vertederas, me gusta la matanza y todo su ritual, las morcillas, el chorizo, el lomo de la pota, los torreznos, me gusta el olor a lumbre, la cencellada, me gusta el navarrés, los atardeceres de la casa de la pradera, el paseo de los setos, la hoguera de los quintos, la feria de los oficios, la feria del caballo y el toro del cajón, los encierros camperos, la noche de las vacas, la fuente María, la fuente del vino y las escapas al Torreón.
Soy navarrés porque era del bar Mi casa y sus partidas de parchís, del bar de la Maña y su suelo de madera y de la Peña Juan Calleja; era del bar Juanito y sus pinchos de morro, era de la cárcava y de la jorja y era de ir al charco Las Mulas, en el Trabancos, con mi abuelo, a por cangrejos, era del baile de Camilo, donde intentaron enseñarme a bailar, digo intentaron y digo bien y no por la maestra sino por el alumno.
Soy navarrés porque soy del papo, del modorro, y del riche, algo que en Madrid nunca entienden, de las cocretas y del con tito o sin tito y del “¿y tú de quién eres?”. Llamándome Mariano, apellidándome Moro y habiendo nacido el 8 de septiembre, el día grande de nuestras fiestas, yo me pregunto ¿De dónde mejor puedo ser que de Nava del Rey?
Hay algo en la Nava que en el fondo me apasiona y me atrae, sus recovecos, su tranquilidad, su vitalidad, sus monumentos, su historia, su gente, son infinidad de momentos, de recuerdos y de sentimientos que me unen a este pueblo.
No puedo desaprovechar esta oportunidad para rendir un homenaje a esa juventud que no se encuentra entre nosotros, representada en mis primos Jaime y Gene, verdaderos iniciadores míos en la actividad de este pueblo, los que en ningún momento me hicieron sentirme extraño ni aislado, ya que fueron ellos los que me presentaron a los que hoy son mis amigos.
Me quiero dirigir hacia esa juventud de Nava del Rey, sois el fermento y un pilar fundamental de este pueblo, al que desde las familias a las Instituciones de todos los ámbitos debemos apoyar, animar e impulsar a conseguir sus objetivos. Vosotros sois los testigos que debéis tomar el relevo de nuestros mayores, estar allí donde haga falta para luchar por nuestro pueblo para que siga avanzando y sea un lugar donde cada vez se viva mejor. Vuestro compromiso y participación cívica es esencial para el progreso de nuestro pueblo, juventud que debemos mantener aquí, haciendo si es necesario esfuerzos más allá de nuestras posibilidades, juventud, es ilusión, novedad, alegría, fiesta, ideas, critica, desengaños, pero al final es vida. Juventud divino tesoro que te vas para no volver, instálate en Nava del Rey y nunca nos abandones, juntos haremos de nuestro pueblo la envidia de la comarca.
Orgullo de Nava del Rey es el conjunto de asociaciones de todo ámbito que aquí tenemos culturales, deportivas, medioambientales, taurinas, religiosas, profesionales, altruistas, teatrales, musicales, etc…, etc…., etc…, son el modelo de convivencia ciudadana, de intercambio de experiencias y de expresión cultural, su actividad participativa engrandece a Nava del Rey, no sólo a nivel local sino como ya han demostrado a nivel internacional, son embajadores de nuestra cultura, nuestra alegría, en definitiva, de nuestros gustos y de nuestra forma de ser. Se merecen todo nuestro respeto, apoyo y reconocimiento, por ello, os insto a establecer un día de homenaje y de confraternización de todas las asociaciones de Nava del Rey.
No puedo acabar sin un reconocimiento especial a quienes son el alma mater de estas fiestas, nuestras peñas, y digo nuestras porque siempre tienen las puertas abiertas a quien les quiera visitar y un vaso de limonada para ofrecer, son el motor y la alegría de estos días, infunden colorido y universalidad a la fiesta, ya que las peñas no son exclusivas de una edad, desde los mayores hasta los más pequeños son peñistas.
Para concluir y por deformación profesional, me permitiréis que os de una orden, precaución y diversión no están reñidas, son compatibles, llevamos 12 personas que este año han dejado sus vidas en los encierros, por ello, os ordeno que todos los que empezamos estas fiestas las acabemos sin ningún percance de importancia, seguro que con la ayuda de nuestra patrona la Virgen de la Concepción lo conseguiremos.
Muchas gracias por escuchar a este sencillo pregonero.
Que empiece la alegría, la diversión, los encierros, la música, el tío maragato, los cánticos y las risas.
¡VIVA NUESTRA PATRONA, LA VIRGEN DE LA CONCEPCIÓN!
¡VIVAN LAS FIESTAS DE LOS NOVILLOS!
¡VIVA LA NAVA DEL REY!
Nava del Rey, 4 de septiembre de 2015.
Mariano Moro Juez.